Edulcorantes

Caña de azúcar: Originaria de Nueva Guinea, la difusión de la Saccharum officinarium se orientó inicialmente hacia el norte a través de la India, hasta alcanzar las regiones meridionales de China en el primer mileno antes de Cristo. En un segundo período, avanzó hacia el poniente a partir de la conquista islámica de los valles fértiles del Tigris y el Éufrates, entre el 633 y el 642 d.C., fenómeno que imprimió un ritmo más vivaz al proceso de expansión y que contribuyó a que los musulmanes se atribuyesen el rol de agente difusor. Hizo su aparición en Siria y Palestina hacia el 700, en Egipto un decenio más tarde, y en al-Ándalus alrededor del 756. A partir del siglo X se difundió en Génova y Venecia, provincias italianas que se transformaron rápidamente en importantes centros exportadores de azúcar oriental. En América, su cultivo se extendió con la llegada de los españoles, especialmente en las enormes y complejas plantaciones del Caribe y Brasil, aunque también su producción llegó al Virreinato del Perú en el siglo XVIII. 

Miel: Fluido dulce y viscoso producido generalmente por las abejas del género Apis, a partir del néctar de las flores o de secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos tipo áfidos. En la Antigüedad, la miel ocupaba el puesto que el azúcar ocupa hoy. Era un elemento casi indispensable en la farmacopea de la época, especialmente en la elaboración de jarabes y electuarios, y desempeñaba al mismo tiempo un rol fundamental en la cocina como edulcorante. Para Dioscórides, por ejemplo, la miel de color rojizo poseía diversas virtudes: purificaba, abría los poros y atraía los humores; cicatrizaba heridas; aliviaba los dolores de oídos, la inflamación de las amígdalas; favorecía la vista y la orina. Hacia el año 1.000 d.C., el azúcar la fue sustituyendo paulatinamente por sus propiedades excipientes y conservantes. Aunque esta materia prima había perdido importancia con la introducción del azúcar, las monjas chilenas continuaron disfrutando de sus propiedades, especialmente en la dulcería y en la medicina de los siglos XVII y XVIII.